Aunque la migraña es una enfermedad neurológica genética, existen factores que contribuyen a su aparición, como las modificaciones en los patrones del sueño y los cambios del clima. A veces sólo basta con consumir ciertos alimentos para desencadenar ese horrible dolor de cabeza.
Amaal Starlin, neuróloga de la Mayo Clinic, recomienda evitar, en lo posible, cambios tus hábitos de sueño, incluso durante los fines de semana.
“Algunos de mis pacientes dicen: 'me dan ataques de migraña los fines de semana, cuando no estoy trabajando'. Yo les pregunto: '¿a qué hora te despiertas normalmente? ¿A qué hora te vas a dormir?'.
“Suele haber una diferencia muy marcada entre los horarios habituales y los de los fines de semana, y eso puede provocar ataques de migraña”, señala Starlin. “La consistencia en el patrón de sueño es muy importante”.
Seguir un horario para hacer ejercicio también puede ser muy importante.
“De acuerdo con estudios realizados, alrededor de 20 minutos de ejercicio aeróbico tres veces por semana funciona tan bien como algunos de los medicamentos que prescribimos”, indica.
La especialista aconseja, además, ingerir alimentos integrales saludables y no saltarse las comidas.
"Se deben evitar los alimentos procesados y tratar de no tener valores demasiado altos y valores demasiado bajos de glucosa en la sangre", dice. "También hay que evitar saltarse comidas. Todas estas son herramientas para elevar ese umbral (de la migraña)".
Otra recomendación: asegurarse de estar bien hidratado.
"Esto es muy importante, sobre todo durante los meses de invierno. En esta época del año las personas no sienten tanta sed y de hecho se deshidratan más que durante el verano", afirma la especialista.
Controlar el estrés también es fundamental. Esto se logra practicando mindfulness y meditación.
“Todos tenemos estrés en la vida”, dice. "En realidad, se trata de cómo lo manejamos y cómo lidiamos con el estrés”.
Starling sostiene que implementar estos cambios en el estilo de vida puede ayudar a elevar el umbral para la migraña para que las cosas que no se pueden controlar, como el clima, no sean un desencadenante tan fuerte para un ataque.
"Empodera mucho a las personas escuchar qué cosas pueden controlar y qué cosas no pueden controlar tanto”. (Agencia Reforma)
