Prolonga la vida de tus alimentos | Cultura Saludable

Prolonga la vida de tus alimentos

alimentos_saludables
Foto(s): Cortesía
Rolando Espinosa

Para conservar tus alimentos y evitar que afecten a otros, guárdalos por separado, en bolsas perforadas que permitan la circulación del aire

Por eso te presentamos más recomendaciones para prolongar la vida de algunos alimentos. Toma nota y consulta la información de más alimentos.

Manzanas y peras

De preferencia, elige las de producción nacional que, por lo general, están más frescas. No las peles, a menos que la preparación lo requiera.

Son rociadas con silicones y ceras que les dan brillo y las mantienen frescas. Para remover esa cubierta, enjuaga con agua caliente y raspa con una cuchara.

Fresas y frutos rojos

Se deterioran rápidamente. Lava y manipula hasta el momento de consumir. Mantén en refrigeración en un recipiente que permita el paso de aire.

Si cortas todo el extremo, desperdicias entre 10 y 15 por ciento de cada unidad. Retira hojas y pedúnculo con unas pinzas depiladoras.

Talla delicadamente con un cepillo de dientes viejo (lavado y desinfectado), mojado en una solución de 10 partes de agua por una de vinagre blanco.

Champiñones y hongos

Introduce en una bolsa de papel limpia que evite el paso de la luz y permita que la condensación del refrigerador se evapore.

Al remover el tallo o estípite, mermas entre 40 y 50 por ciento y esa parte también es comestible. No los peles, lava debajo del chorro de agua o remoja con agua limpia. Puedes cepillar en seco.

Pueden mancharse si les da el sol o si absorben demasiada humedad; sin embargo, esto no altera su sabor o propiedades.

Aguacate

Si el pedúnculo donde se encontraba el rabillo es amarillo brillante, el fruto está verde. Conforme va madurando, este punto se torna café oscuro.

Si la superficie está oxidada o manchada, aún puedes utilizar el resto; rebana únicamente la parte "negrita".

Para evitar la oxidación, corta con cuchillo de plástico o recubrimiento de porcelana, no retires la semilla y deja la pulpa dentro de su cáscara; si has descartado la cáscara, embarra unas gotas de jugo de limón o aceite de oliva.