Realizar actividad física moderada de 30 minutos a una hora al día, es decir de 150 a 300 minutos a la semana, y rigurosa de 15 a 30 minutos, aproximadamente de 75 a 150 minutos a la semana, previene la aparición de enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes, hipertensión arterial y obesidad.
La actividad física también ayuda a mejorar: la salud mental, la calidad de vida y el bienestar, el estado muscular, el cardiorrespiratorio y el sistema óseo.
Al momento de ponernos en movimiento, nuestro cuerpo empieza a secretar las hormonas de la felicidad, la serotonina y la dopamina, que ofrecen una sensación placentera, lo que conlleva al buen funcionamiento del corazón y disminuye el riesgo de padecer cáncer.
A corto plazo, la actividad física ayuda a controlar el peso y mejora el estado de ánimo: a largo plazo, nos ayuda a evitar la aparición de enfermedades crónico-degenerativas.
En tiempos de mucho calor, lo recomendable es realizar ejercicio por la mañana y io por la tarde y noche, para evitar la descompensación del organismo.
Es necesario, también, consumir de seis a ocho vasos de agua pura al día para mantenerse hidratados y evitar las bebidas energéticas, pues contienen edulcorantes y cafeína, que a la larga afectan la presión arterial.
Asiste con un especialista para la revisión del peso y talla, y dependiendo del resultado, diseña junto con él un plan de alimentación y seguimiento nutricional para mantenerte en óptimas condiciones, con una buena dieta y ejercicio que te permita reducir el sobrepeso u obesidad.
Si seguimos estas recomendaciones: una buena alimentación, actividad física, consumo de agua y descanso, ayudaremos a nuestro organismo a prevenir enfermedades y tener una mejor calidad de vida.
