
Si eres de las personas a las que calentar antes de ejercitarse les da flojera, te estás arriesgando a sufrir serias lesiones. Las rutinas de estiramiento previas al ejercicio son esenciales para preparar nuestro cuerpo para el ejercicio vigoroso y no debemos, jamás, pasarlas por alto.
Si tus músculos no entran en calor de manera adecuada y suficiente, y los forzamos a realizar ejercicios un deporte extenuante y pesado, corremos un serio riesgo de lesiones musculares, eso está comprobado.
Beneficios
Los estiramientos preparan a los músculos antes de la práctica de ejercicio para poder llevar a cabo un correcto desarrollo sin riesgo. Al estirar y tensar los músculos (ya sea un grupo muscular o uno en concreto) los estamos preparando para el esfuerzo físico al que se someterán después.
Además, a través de los estiramientos logramos aumentar la flexibilidad, lo que resulta importante de cara a evitar lesiones. Esto se debe a que un músculo flexible siempre será más resistente a un trabajo posterior.
Movilidad
Por otra parte, los estiramientos favorecen la circulación y reducen la tensión muscular. También consiguen mejorar nuestra movilidad, logrando mayor agilidad a la hora de hacer ejercicio.
Eso sí, hay que tener en cuenta que el estiramiento no debe llevarse a cabo con el músculo “frío”. Antes de proceder a estirar se debe realizar un calentamiento de al menos 10 o 15 minutos. Así evitaremos daños musculares o de fibras musculares.
En cuanto a los estiramientos después del ejercicio físico, son especialmente útiles para eliminar tensión muscular y devolver la relajación. Convirtiéndose, por tanto, en un nexo entre el esfuerzo físico y los momentos de inactividad posteriores a este.