El tepache fue en otro tiempo una bebida fermentada tradicional y muy popular. Es de bajo nivel alcohólico y tiene color ambarino intenso, parecido al de la cerveza, pero en versión dulce, reseña un artículo de Agencia Reforma. Hecho de piña fermentada se endulza con piloncillo y se le añaden canela y otras especias.
Su raíz etimológica está en el náhuatl "tepatli", que significa bebida a partir de maíz, y se le atribuían propiedades curativas. Hoy sabemos que los alimentos fermentados ayudan a regenerar la flora intestinal y la piña posee atributos diuréticos; pero la mejor cualidad de esta bebida es que mitiga esa sed que nace de las entrañas en épocas de calor.
Aunque fue muy popular por su sabor dulce y su casi nulo volumen de alcohol (sólo uno por ciento), son muy pocos los locales en el país donde aún se expende esta bebida llena de tradición y cultura.
Así como sucedió con el pulque, que se consumía por todo México, la llegada de la industria refresquera en la década de los 50 provocó que el tepache y otras famosas bebidas fermentadas, con bajo o nulo contenido de alcohol, fueran poco a poco quedando relegadas.
El tepache se sirve frío y tradicionalmente en vasos de vidrio multicolor o en jarros, para aplacar la sed provocada por el calor de la primavera y el verano, sin embargo, hoy, en los pocos lugares donde lo sirven, generalmente lo hacen en vasos desechables. (Agencia Reforma)