¿Cómo ayudan los fermentados? | Cultura Saludable

¿Cómo ayudan los fermentados?

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Foto(s): Cortesía
Rolando Espinosa

¿Has escuchado hablar sobre el kimchi, el chucrut, la kombucha o el kéfir? Así como el yogur, son alimentos fermentados que puedes incluir en tus platillos de todos los días y traen grandes beneficios para tu bienestar.

Un alimento o bebida fermentada es aquel que se transforma mediante el crecimiento controlado de microorganismos, como bacterias y levaduras.

Aunque han estado presentes en todas las civilizaciones del mundo desde hace miles de años, principalmente por el beneficio de conservar los alimentos, recientemente están retomando fuerza gracias a sus aportes a la salud.

“Todo se puede fermentar, depende dónde vivas. Cada región tiene su fermento típico”, señala Raquel Guajardo, fundadora de una marca de productos fermentados desde 2015.

“Se usaba la fermentación cuando no existían los refrigeradores para conservar los alimentos. Por ejemplo, se cosechaban las verduras en verano, les ponían sal, cubrían en su propia salmuera, se ponían en jarrones y se guardaban en lugares más frescos”.

El mayor aporte a la salud es que consumir estos alimentos ayuda a regenerar la microbiota intestinal, antes llamada flora intestinal, que es el conjunto de bacterias que viven en el intestino.

La microbiota es indispensable para el correcto crecimiento corporal, el desarrollo de la inmunidad y la nutrición; y sus alteraciones pueden llevar a ciertos padecimientos.

Al regenerar la microbiota con el consumo de fermentos con microorganismos vivos, explica Guajardo, mejoran diferentes funciones relacionadas con el sistema digestivo.

“Esas bacterias van a ayudar a aprovechar más los nutrientes de los alimentos. Ayuda mucho a prevenir la inflamación, que es la raíz de todas las enfermedades”, indica.

También ayudan a digerir mejor los alimentos cuando se consumen acompañados con algún fermento.

Entre los más comunes están el kimchi, plato coreano que tiene como ingrediente básico la col o repollo asiática; el kéfir, producto lácteo parecido al yogur líquido; la kombucha, una bebida obtenida a través del té endulzado; y el chucrut, a base de col blanca.

También se pueden fermentar diferentes tipos de vegetales, cereales como el nixtamal y legumbres como la soya, con lo que se puede producir el miso.

Estos alimentos suelen aportar sabores ácidos, así como texturas y aromas complejos, que pueden combinarse con todo tipo de platillos.

“Yo les digo que siempre tienes que tener un alimento fermentado en la mesa cuando estés comiendo”, dice Guajardo.

“Lo puedes comer como si fuera una salsa, en un taco, en una tostada, a un lado de la carne, arriba de las ensaladas”.

La tendencia de hoy, comentó Guajardo, es que los restaurantes cuenten con sus propios laboratorios de fermentos para ofrecerlos a sus comensales. Ella ofrece capacitaciones privadas a chefs que estén interesados.

(Agencia Reforma)