La dinámica moderna, en la que el trabajo -y en menor medida la familia- ocupan gran parte de nuestro tiempo, impide muchas veces tener un espacio definido para ejercitarnos.
Sin embargo, es importante que destinemos un fragmento del día exclusivamente para realizar actividades físicas, pues está demostrado que el ejercicio trae enormes beneficios a la salud, previene enfermedades, mejora la calidad de sueño y la salud mental.
Es igual de importante que, una vez que definimos el horario y el lugar para ejercitarnos, consultemos cuáles son las mejores rutinas o tipos de entrenamiento, su duración y la intensidad de éstos.
Por ejemplo, si decides ejercitarte de noche, elige rutinas que encaminadas a la relajación y no a la activación; que reducen el estrés y regulan la ansiedad. Esto te permitirá tener un sueño reparador.
La meditación, el yoga o el taI chi son otras muy buenas opciones de rutina nocturna, sobre todo para el cuidado de tus pulmones. Realiza sesiones de no más de 30 minutos. Estas rutinas relajan tu cuerpo y lo preparan para el descanso nocturno.
Si embargo, definitivamente es más benéfico el ejercicio matutino, que es cuando tu cuerpo está más lleno de vitalidad y puede soportar rutinas más extenuantes, que brindan mejores resultados cuando tu objetivo es fortalecer la masa muscular o bajar de peso.
De cualquier manera y en el horario que decidas, siempre acude con un especialista para que te proporcione ejercicios y rutinas de acuerdo con tus características físicas y tu historial médico.
Los expertos sugieren esto para un sueño reparador:
- Realiza yoga, meditación, tai chi o algún ejercicio relajante.
- Inicia la práctica 4 u 8 horas antes de ir a la cama.
- Si eres sedentario, empieza por 10 o 20 minutos.
- Después de entrenar, evita cenas abundantes y alimentos industrializados.
- Si sufres insomnio, primero visita al médico para saber qué rutina te recomienda.
