Muchos piensan que tener el control sobre las personas o los resultados es la manera de lograr la felicidad, pero en realidad eso baja la felicidad.
Muchas veces pensamos que si somos amados por otros, que si somos famosos, si somos el centro de atención, vamos a ser felices, pero eso reduce la felicidad. Lo que realmente permite la felicidad es dar atención, amar a los otros y ser amables y compasivos con los demás.
De acuerdo con las investigaciones de Raj Raghunathan, profesor en la Escuela de Negocios McCombs de la Universidad de Texas, en Austin, ¿cuáles son las mayores amenazas para llevar una vida saludable y feliz emocionalmente?
La primera amenaza es no tener cubiertas tus necesidades básicas. El no poder garantizar el alimento a tu familia, tener un techo, atención médica, etcétera. Desafortunadamente en muchos lugares del mundo es una realidad.
Otra gran amenaza, señala el especialista, es no tener autonomía o libertad para expresarte y hay muchos gobiernos en el mundo que no permiten la libre expresión, como en países árabes, en China o con los talibanes.
Una amenaza más son las redes sociales, porque, irónicamente, aunque deberían fomentar el bienestar emocional, atacan el sentido de pertenencia, porque no hay una relación o conexión profunda.
La gente sólo está posteando las cosas positivas, como su familia, sus viajes, sus éxitos y eso promueve la competitividad y no la conexión. Lo que pasa es que no promueve amistades de calidad.
Otra amenaza para la felicidad es tener una marcada orientación hacia el materialismo y el consumismo. Todo el tiempo quieres una mejor ropa, un mejor coche, mejor casa, y el problema es que no conectas con la naturaleza, y, cuando eso pasa, todo ese bienestar material viene de destruir a la naturaleza. Mientras más consumes, más se afecta la naturaleza. No hay manera de ser feliz si se destruye la naturaleza. (Agencia Reforma)
