Las malas relaciones con los alimentos no son cosa de hoy. Desde siempre, los seres humanos hemos padecido desordenes alimenticios como comer de más o de menos, no retener los alimentos o o comer cosas que dañan nuestro orgaismo.
La psicoterapeuta oaxaqueña Karen Ofelia Cruz Hernández explica que este tipo de afectaciones se llaman Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), y son un área de estudio que se integra de varias conductas que van cambiando, o incluso se transforman, como el caso de la vigorexia, en el que la persona se obsesiona con su físico, o actualmente la ortorexia, un trastorno en el que la persona sólo piensa en comer muy saludable, enfermando al cuerpo.
La especialista recuerda que durante un tiempo la anorexia (evitar comer) fue el trastorno más común, y después surgió término body positive, que es aceptar el cuerpo tal como es, dejando atrás las dietas y ejercicios.
Todo en conjunto
Karen Ofelia subraya que aunque se ha señalado a revistas y modelos por promover indirectamente enfermedades como anorexia o bulimia, esto en realidad tiene que ver con la salud física y mental de las personas, ya que si no hay una base sólida y trabajo en equipo en lo físico, emocional y en el bienestar y la salud, cualquier tema afectará, como es el caso de los trastornos mencionados.
Explica que hay varias causas que originan la aparición de un trastorno de conducta alimentaria, desde aspectos sociales y culturales, hasta la imagen y los estereotipos que se venden sobre cómo se ve el cuerpo humano.
Sin embargo, expone que muchas veces la formación y composición corporal es meramente biológica, pues hay personas con estructura delgada a las que les cuesta mucho cambiar su realidad, y hay otros con estructuras gruesas que están en la misma situación, lo cual les puede resultar frustrante.
Cómo identificar los trastornos
La psicoterapeuta expone que los trastornos se presentan desde la infancia y hasta la adultez, por lo que es importante escuchar y ver las actitudes de las personas que nos rodean.
“Muchas veces se minimiza lo que dicen las niñas y los niños, por eso hay que tener tacto para escucharlos sobre cómo se sienten, si es suficiente lo que comieron o ver el por qué no lo hicieron”, explica.
Resalta que los trastornos siempre tendrán algún efecto social, principalmente en la familia, por lo que se puede identificar si antes comían todos juntos y ahora no, o dicen que ya comieron.
Además de que esa persona ahora cuenta sus calorías, hace comentarios sobre la comida, habla de la imagen de las personas y se compara, también son algunos factores de riesgos.
Asimismo, subraya que es importante prevenir e informar qué es un problema social y de salud que involucra a todos.
“Se debe involucrar a todos sobre estos temas. Antes no se manejaba esta información y sigue apareciendo más, por lo que se debe estar atentos, pues es para el bienestar propio y colectivo”.
Karen Cruz asegura que es importante que las personas se den cuenta si se están restringiendo o dando muchas libertades a la hora de comer, para saber qué relación tienen con la comida.
No hay cura
La especialista explica que los trastornos de la conducta alimentaria son mentales como las adicciones, depresión o ansiedad y no tienen cura, por lo que es importante acudir con varios especialistas, tanto de la alimentación como mental, para mejorar la relación con la comida y no volver a esas malas conductas.
“El tratamiento debe ser multidisciplinario. No puede ser sólo una rama pues no tendrá efecto; son muchas causas y acudir a uno sólo, no ayudaría, por eso debe ser en conjunto, es decir, un nutriólogo y un psicoterapeuta cognitivo conductual”, recomienda.
