Una tercera parte de los mexicanos padece un trastorno del sueño; de ellos, 35 por ciento sufre insomnio, alertan datos del Instituto de Medicina Integral de Sueño.
Este diagnóstico es multifactorial, lo mismo lo causa la herencia genética, la edad o la historia clínica que el vivir cambios hormonales o los problemas personales, incluyendo los que sigue dejando la pandemia por COVID-19.
Es importante atender el problema de raíz con una terapia con la que el médico ayuda al paciente a corregir sus hábitos y pensamientos que alteran la percepción del trastorno y del dormir, sugiere Yoaly Arana Lechuga, responsable de la Clínica del Sueño de la UAM, en un artículo de la Agencia Reforma.
“Lo que se tiene que hacer es ir a una clínica especializada de medicina del sueño, recibir una valoración y, tal vez, un estudio polisomnográfico con el que se registra la actividad eléctrica cerebral, respiratoria, cardiaca y muscular”, establece.
Terán agrega que, aun cuando se apueste por el uso de fármacos, debe partirse un tratamiento de uno a tres meses, siempre acompañándolos de otras medidas conductuales.
“Es una realidad que el aumento en los casos de insomnio significa que estamos frente a un problema de salud pública, y las personas no deben automedicarse si no sabemos qué es lo que está generando el insomnio”, señala.
Acciones diarias
- Fija horarios regulares para dormir y despertar.
- Evita el uso de aparatos electrónicos antes de dormir.
- En las cuatro horas previas no consumas alcohol, café, te verde o negro, refrescos o bebidas azucaradas.
- Haz ejercicio con regularidad, pero no antes de acostarte.
- Evita tomar siestas durante el día; o, de hacerlo, que no excedan los 30 minutos.
- Intenta no permanecer mucho tiempo en la cama durante el día porque aumenta la ansiedad y estrés.