La costumbre de beber chocolate con pan data de la llegada de los españoles que introdujeron la leche, el azúcar y el trigo. Desde entonces y hasta hoy en día, en las casas de las familias mexicanas esta deliciosa combinación es infaltable.
Antes de preparar o consumir cualquier variedad comercial de chocolate -con ingredientes que enmascaran el sabor del cacao-, toma en cuenta estas recomendaciones para preparar una verdadera bebida de los dioses:
Elige chocolate sólido, como el que se usa para repostería. Los mejores son los que contienen entre 60 y 70 por ciento de cacao.
¿Leche o agua?
Para los amantes del cacao y el chocolate intenso, que sea de agua, porque respeta tal cual esa esencia y el sabor. Si eliges el tipo de chocolate recomendado, el resultado es una taza cremoso sin necesidad de lácteos. Pero para un gusto no tan aventurado, la leche es complemento ideal.
Un poco, está bien, pero hay algunas marcas, sobre todo las mexicanas, que son demasiado avainilladas y le roban protagonismo al cacao.
El chocolate negro de Ecuador y Perú tiene la combinación ideal; el cacao ecuatoriano es potente, muy achocolatado, y el peruano, muy afrutado. Otro idóneo es Valrhona Manjarí, con cacao de Madagascar, que es un poco acidulado y con notas naturales de frutos rojos.
Keto, vegano, para diabéticos... ¿se puede?
En tiendas especializadas de repostería, puedes conseguir también licor de cacao, prepararlo con agua o sustitutos vegetales de leche, y endulzarse con xilitol (no recomendado para menores) o trehalosa.
La preparación
- 1 taza = 250 gramos de base líquida (leche, agua, sustituto)
- De 30 - 40 gramos de chocolate, que es justo el consumo recomendado por día.
Si lo que se busca es apego a la tradición ancestral, lo ideal sería base agua con licor de cacao y endulzar con miel, señala la chef.
Más allá de preferencias en cuanto a la receta, la experta recomienda llevar el líquido a ebullición.
Retirar de fuego y añadir el chocolate en botones o trozos. Mezclar vigorosamente para fundir, incorporar y espumar. Molinillo, batidor de globo o licuadora de inmersión (de mano) son herramientas adecuadas para lograrlo. (Con información de la Agencia Reforma)
