En la biblia, la gula es conocida como uno de los pecados capitales y consiste en comer y beber de manera desmedida aun sin tener hambre o sed, y en la vida real hay muchos casos, pero apoyados en argumentos clínicos y sicológicos.
Los trastornos alimenticios son enfermedades médicas graves que generan desordenes en la dieta de quien los padece, provocando que o coman poco, o expulsen lo poco que comen, como en la bulimia y la anorexia; o que consuman alimentos en exceso, como en el atracón.
Estos trastornos tienen muchas veces su raíz en problemas sicológicos que deben ser tratados por especialistas para determinar las causas y trabajar en las posibles soluciones.
La psicoterapeuta María Mendiola, con especialidad en psicología de la obesidad y en psicoterapia para bajar de peso, enumera cuatro aspectos que llevan a las personas a comer en exceso:
Por placer
Se recurre muy fácilmente a encontrar el placer en la comida porque es lo que se tiene más inmediato para cubrir alguna insatisfacción. Por eso es importante buscar placer en otras actividades y rodearte de buenas amistades. Emprender una labor social o ejercitarse también ayuda a controlar el problema.
Por estrés
La psicoterapeuta indica que mucha gente lidia con el estrés a través de la comida. Hay cosas que nos estresan y tenemos que lidiar con ellas para no esconderlas comiendo.
El ejercicio o los trabajos manuales, por ejemplo para que los comelones compulsivos traten de controlar sus impulsos por consumir alimentos de más.
Para evadir sentimientos
Hay emociones que las personas no saben enfrentar y recurren los alimentos. En ocasiones la persona se llega a desconectar tanto de su cuerpo, que incluso deja de saber cuándo tiene hambre y cuándo debe parar de comer, porque ya únicamente responde a lo emocional.
Para vigorizarte
Cuando se sienten cansados, sin energía o están en un ambiente que no les gusta, buscan alimento, en su mayoría comida chatarra, para darse ánimo.
Cómo combatir esas razones
- Trabajo emocional: Buscar ayuda de un terapeuta.
- Aceptación: Dejar de juzgar tu cuerpo, aceptarte, abrazarte a ti mismo y ver la situación desde el aprendizaje obtenido.
- Escucharte: Estar dispuesto a escuchar cada parte de ti, revisar lo que te duele. Darte cuenta de que toda la sabiduría que necesitas para bajar de peso está dentro de ti.
- Validarte: Saber que tú eres capaz de tomar mejores decisiones para alimentarte.
¿Ya indetificaste por qué comes tanto?
(Agencia Reforma)
