La Copa menstrual y el autoconocimiento del cuerpo | Cultura Saludable

La Copa menstrual y el autoconocimiento del cuerpo

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Foto(s): Cortesía
Rolando Espinosa

“¿Cómo me voy a meter algo en mi vagina?” era la primera pregunta que las mujeres le hacían a Lorena Robles Brena, activista y fundadora del proyecto feminista Nosotras Libres, cuando ella comenzó a difundir el uso de la copa menstrual.

Siete años después, Lorena afirma con seguridad que más allá del cuidado medioambiental que hacen rechazar el uso de las toallas sanitarias, cada vez más mujeres utilizan la copa menstrual como un producto que les permite autonomía, el conocimiento de su cuerpo y cambiar la relación con su menstruación.

“Con una copa menstrual ya no tienes esa relación de odio o rechazo con tu menstruación, porque muchas mujeres se sienten fastidiadas por todas las limitaciones al momento de querer nadar o hacer otra actividad física o incluso el tipo de ropa que puede usar”, analiza.

Y de inmediato Lorena nombra algunos de los beneficios de utilizar la copa menstrual: “evita los malos olores que se generan al usar una toalla porque la sangre no se oxida, empiezas a ver tu sangre, el verdadero color de menstruación y la cantidad que menstrúas”.

Años atrás, cuando Lorena impulsó un proyecto educativo que incluía el uso de la copa menstrual, ese producto de la salud íntima de las mujeres no se comercializaba con la misma facilidad, ya que ahora se puede comprar por internet y recibirla a domicilio.

Cuidado con lo barato

Aún cuando las copas menstruales parecen ser más accesibles porque lograron ser un producto que se puso de moda, toda mujer debe evitar comprar las que son de silicona de grado alimenticio, es decir el que se utiliza para elaborar chupones para las mamilas de bebés.

“Cuando compras una copa muy barata es seguro que compras una he está hecha del mismo silicona para chupones y te puede durar en promedio tres meses, porque después puede comenzar a desprender partículas de silicona al interior de la página”, por lo que insiste en adquirir una de grado médico certificado y “olvidarse de las copas chinas”.

Pero, cómo saber que es de grado médico: “si cuesta mínimo 600 pesos, es transparente o blanca, seguro es una copa que te va a durar al menos diez años”, asienta Lorena.

Otro punto a considerar es la talla, la cual varía de acuerdo a la marca, pero cuando la copa es muy chica se producen escurrimientos y cuando es grande, suele provocar dolor.

La copa menstrual, asegura Lorena Robles, es una invitación para que una mujer explore su cérvix y deje de pensar que la vagina es una cueva infinita.

“Lávate bien las manos, córtate las uñas y explórate, tócate tu cérvix para ver cuál es tu talla, pero sobre todo para saber cómo es, cuando uses la copa no se debe sentir, no acumula calor ni humedad en los genitales, te da la sensación de que menstrúas menos días y hasta dejas de usar esos calzones enormes que a veces son incómodos”, aconseja.

¿Qué es una copa menstrual?

Como su nombre lo dice, tiene la forma de una copa, pero se fabrica con silicona 100% médico y de tipo hipoalergénico para introducirlo en la vagina para recoger el flujo menstrual en su interior.

¿Cuándo se inventó?

En 1937 la actriz estadounidense Leonora Chalmers la patentó.

Primero se elaboraban de goma, después de caucho vulcanizado, látex y ahora de silicona médico

Características:

Es flexible.

Puede almacenar tres veces de sangre que absorbe un tampón.

Se puede cambiar después de ocho horas y volverse a colocar después de enjuagarla.

(Nadia Altamirano Díaz)