De las drogas sí hay salida | Cultura Saludable

De las drogas sí hay salida

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Foto(s): Cortesía
Rolando Espinosa

Agencia Reforma

Salir de una adicción no es un camino fácil, pero tampoco es un objetivo imposible.

Ciertamente después de un proceso de rehabilitación hay de un 40 a un 60 por ciento de probabilidad de que un paciente recaiga, indican estadísticas de diferentes países y de clínicas con distintos tratamientos.

“Pero también es importante dejar claro que sí, sí es posible salir adelante”, afirma Juanita Sosa, directora de la Unidad de Hospitalización para las Adicciones de los Centros de Integración Juvenil en Nuevo León (CIJ).

“Hay muchas personas que lo han logrado y se requiere un compromiso importante con la propia familia y con la propia salud, con el autocuidado”.

En los CIJ la hospitalización puede durar de 30 a 90 días en un modelo de atención que trabaja con profesionales de la salud, la psicología, psiquiatría y el deporte. Al salir, los pacientes se enfrentan a un mundo donde continúan los estímulos y las invitaciones a consumir drogas legales e ilegales.

"La disponibilidad de sustancias es un estímulo que incluso provoca reacciones químicas, fisiológicas en el organismo, como cuando vemos un alimento que nos gusta mucho", explica Sosa, especialista en prevención del comportamiento adictivo.

"En el cerebro ocurre una serie de cadenas que desembocan en el pensamiento de 'yo quiero'. Puede ser un pensamiento recurrente que, si la persona no sabe cómo manejarlo, cómo detenerlo, es difícil de controlar".

Sin embargo, hay dos recursos clave para aumentar las probabilidades de no recaer: la familia y el manejo de emociones.

"Tenemos muchas experiencias en las que sale el paciente de tratamiento, ¿y qué hace la familia? Celebrar con una carne asada donde hay cerveza. Es paradójico", relata Sosa.

"Por eso es necesario trabajar con la familia, que sepa cómo puede ayudar a que esta persona se mantenga en abstinencia".

El segundo factor, las emociones, tiene que ver con aprender a hacer frente a las emociones sin necesidad de sustancias tóxicas.

"Entre más tiempo tengan consumiendo, más arraigada está la relación de las emociones con una sustancia", explica Sosa. "Si están contentos, se antoja; si están tristes, creen que eso les va a ayudar a olvidar.

"Si están muy estresados, creen que les va a ayudar a relajarse".

Durante el internamiento se busca desaprender esta reacción, hacerte cargo de tu tristeza, de tu felicidad, de tu enojo, del estrés, con herramientas psicológicas.

"De una manera que no implique la presencia de una sustancias", señala.

"Con el tratamiento no desaparecen los problemas: sólo aprendes a manejarlos de una manera más saludable".