Los manuales de los dispositivos de Realidad Virtual (VR) o realidad aumentada advierten que su uso puede ocasionar síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómito, sudoración, fatiga y desorientación.
Son síntomas de la “enfermedad de la realidad virtual”, que ya es nombrada por especialistas como algo que pueden desarrollar quienes viven la realidad virtual, aunque aún no se conoce con certeza por qué ocurre, pero se sabe que este estado puede llevar a la persona a desorientarse e incrementar las probabilidades de un accidente.
“Las lesiones más frecuentes son en las que pierden el balance y se les tuerce el tobillo, o bien, caen y al caer se golpean ya sea con su muñeca, codo o hombro”, apunta Ricardo Salinas, especialista en traumatología y ortopedia en Christus Muguerza Hospital Alta Especialidad.
El médico recuerda haber atendido a un paciente que se lesionó jugando un juego de realidad virtual: “Me acuerdo que tenía que brincar y brincó en el aire, pero al momento de caer perdió el equilibrio y se cayó”.
Algunos juegos de RV consisten en golpear objetos, como pelotas de fútbol, beisbol o golf.
En estos casos, explica Salinas, existe el riesgo de lastimarse con los movimientos del cuerpo o perder el balance y caer.
“Los movimientos que hace el cuerpo (en un juego) son los mismos que haríamos en la realidad verdadera”, explica.
“La gran diferencia es que si está jugando golf o beisbol, al mismo tiempo de hacer el movimiento, con esa fuerza con la que vamos a hacer contacto con la pelota o el balón, en la realidad virtual no, vamos a hacer el movimiento en el aire”.
Al no existir ningún objeto que detenga la fuerza, ahonda, se puede perder el equilibrio.
También se ha documentado que estos dispositivos pueden alterar los ritmos biológicos de sueño, pues tienen un nivel de luz azul más alto.
Los riesgos de lesiones son más para las personas mayores, más propensos a lesiones en los huesos. Aún se investiga el impacto de la RV en los niños.
No se recomienda su uso en personas con antecedentes de epilepsia u otros problemas neurológicos, migrañas o problemas de equilibrio.
“Se tienen que documentar los casos y tenemos que hacer educación a las personas de cuáles son los riesgos de estas realidades virtuales", afirma Garza.
De esta manera, en el amanecer de los juegos virtuales, hay que cuidarse de los padecimientos reales.
