La alimentación es un punto de apoyo para el fortalecimiento del sistema inmune y la protección celular en la prevención y tratamiento del cáncer de mama, asegura la nutrióloga Fabiola Torres Villanueva a la Agencia Reforma.
El consumo de antioxidantes es la base para obtener una dieta basada en macronutrientes, agrega. Aunado a ello, Torres recomienda la ingesta de multivitamínicos variados y crudos.
Betacarotenos. Están disponibles en naranja, zanahoria, mango, brócoli y calabaza.
Lluteínas. Presentes en vegetales de hoja verde.
Licopenos. En jitomates, toronja y sandía.
Selenio. Presente en cereales derivados del trigo, arroz, avena y leguminosas; incluyendo habas, lentejas, frijoles, sardina y frutos rojos.
Cuando se trata de una alimentación ligada a un proceso de quimio o radioterapia, es importante tener en cuenta sus efectos dominó, como diarrea, náuseas y falta de apetito, ante lo que se aconseja adecuar el consumo y preparación de los alimentos.
La recomendación es combinar elementos crudos con escalfado o cocciones no demasiado prolongadas que eliminen los nutrientes; y el grupo vegetal debe dominar las porciones, seguido de la proteína, los cereales y las leguminosas.
"Se recomienda consumir 86 gramos totales de proteína, 48 gramos de lípidos, 198 gramos de hidratos de carbono", dice.
"Todo ello repartido en diferentes equivalencias según los grupos alimenticios: cuatro de fruta, seis de cereales y tubérculos, una de leguminosas; cinco de productos de origen animal bajos en grasa, dos moderados en grasa, uno de lácteos light o semidescremados y seis de grasas sin proteína".
En la atención preventiva, tanto como durante un tratamiento, es necesario erradicar el consumo de alcohol y de azúcares procesados, pues esto sólo aletarga el proceso metabólico del cuerpo.
