Si eres de las personas que suda mucho con rutinas simples como caminar o subir escaleras, o de las que suda en exceso haciendo ejercicio, quédate a leer esto.
Primero hay que saber que el sudor es una reacción natural de nuestro cuerpo cuando tiene exceso de calor; es decir, funciona como un regulador de temperatura. Además es un indicativo que nuestro cuerpo está bien hidratado.
Por otro lado, la teoría de que cuando se suda se pierde peso, es parcialmente cierta. Pues si bien, sí se pierde peso con este proceso, es precisamente por el agua que se expulsa del cuerpo y que se tendrá que recuperar al rehidratarte y no porque se hayan quemado grasa o calorías.
En general, estas son las tres características principales del proceso de sudoración:
Termorregulación corporal
El ejercicio intenso, una enfermedad o una situación de riesgo o temor generan calor en nuestro cuerpo.
Al sudar, liberamos a través del agua, esa temperatura acumulada, lo que permite a nuestro organismo seguir funcionando correctamente.
Pérdida de electrolitos
Con el sudor no perdemos solo agua. Entre más intensa eds la actividad que nos hace sudar, perdemos más sodio, potasio y calcio entre otros minerales.
Combate de virus y bacterias
Cuando una enfermedad ataca a nuestro organismo, aumenta la temperatura del cuerpo, tanto por efectos físicos (más movimiento sanguíneo), como por el hecho de que algunos virus y bacterias no son capaces de sobrevivir a temperaturas más allá de los 37 grados.
Tomando en cuenta todo lo anterior, es esencial que, durante tus entrenamientos o cuando padezcas alguna enfermedad, bebas mucha agua a través de pequeños sorbos, sin esperar a sentir sed, para mantenerte siempre bien hidratados y poder rendir al máximo en nuestros entrenamientos o recuperarte de tu dolencia.
