La sanación con rosas es una terapia holística que está experimentando un auge importante, sobre todo después de la pandemia por COVID-19, ya que ha aliviado a muchas personas tanto por molestias físicas como espirituales.
Gabriela Canseco Bennets es una de las pocas terapeutas holísticas que hay en el estado y que ha encontrado en las rosas, una herramienta para que las personas que tienen molestias en el cuerpo o en el alma, y no logran curarlas, tengan una opción de sanción.
Explica que en esta terapia, las rosas cumplen la función de captar las emociones de la persona, o bien, los puntos donde ésta tiene un desequilibrio o alguna enfermedad, ya que puede ayudar a nivel físico, espiritual y emocional.
Sentimiento de vacío
La terapeuta explica que sus pacientes llegan a su consultorio porque se sienten vacíos, sienten que no tienen una misión en la vida, por lo que las rosas les ayudan a conectar de manera espiritual.
En problemas emocionales, como la ansiedad y la depresión, esta terapia es perfecta para brindar calma, descanso y claridad; incluso, fue de las más utilizadas durante el confinamiento de 2020.
En lo que se refiere a lo físico, la terapia con rosas puede ayudar a sanar trastornos de colon, ayuda a disminuir los dolores de estómago y la gastritis, y mejora la circulación en las piernas, principalmente, en el caso de pacientes con cáncer.
Los colores
Gabriela detalla que para las terapias utiliza rosas de distintos colores, por ejemplo las blancas, que, tras la pérdida de un ser querido, ayudan en los procesos de duelo, a dar consuelo, o bien, cuando un niño tiene tristeza o hiperactividad.
Las rosas de color rosa, por su parte, se utilizan para la fertilidad, pues ayudan a sanar el útero, ya que existen casos en los que debido a un bloqueo mental o físico, las mujeres no pueden tener hijos.
Las amarillas las utiliza para las emociones; sin embargo, debido a que las rosas rojas siempre se les ha dado el significado del amor, prefiere no aplicarlas en su terapia.
La sesión
La terapeuta holística detalla que una sesión terapia con rosas comienza cuando el paciente llega y expone en qué parte del cuerpo tiene dolencias. Luego es recostado en la cama de masajes, donde Gabriela, sin tocarlo, escanea todo su cuerpo.
Este proceso sirve para identificar si el paciente tiene “un aura limpia”, si la persona trae energías negativas o si tiene alguna fisura en su aura, lo cual le está causando altibajos emocionales.
Afirma que al tocar al paciente, puede llegar a sentir en las palmas de las manos su temperatura, punzadas, calambres u otras sensaciones, con lo que sabrá si coloca las rosas completas o solamente sus pétalos.
Un ejemplo podría ser al colocarlas sobre el corazón, para que la persona comience a perdonar, o en la cabeza para quien está ansioso y tiene insomnio.
Después de 45 minutos, termina con un “barrido” de las rosas por todo el cuerpo y entrega al paciente, pero se queda con una de las flores, y además utiliza oráculos de ángeles para reforzar el trabajo y dar algún consejo de la terapia.
El paciente colocará las rosas cerca de él y al día siguiente verá los resultados de la sanación. Si las rosas se secan o están mirando abajo, quiere decir que se limpió la energía negativa, pero si se abre cada flor, es señal de que hay energías positivas y la persona estará bien.
La terapia puede contemplar hasta cuatro sesiones, dependiendo de la molestia, pues puede ser desde algo sencillo, hasta problemas más graves por depresión o proceso de duelo, que son los que llevan más tiempo.
Efectos secundarios
Aunque la terapia no tiene contraindicaciones, la terapeuta holística señala que las personas pueden tener efectos secundarios como síntomas de gripa, ya sea porque no se expresan o lo hacen de más.
Otro efecto secundario son problemas estomacales, que podrían deberse a emociones reprimidas; no obstante, se sentirán relajados con el tiempo.
