Notas minerales, frutales, florales, especiadas, herbales y una larga lista de atributos más podemos encontrar en una cálida y reconfortante taza té; pero de la mano del barman José Edgar Franco, te invitamos a redescubrir la bondades de la Camellia Sinensis desde el shaker.
"La clave para lograr un trago con té está en experimentar y balancear. Puedes mezclar ingredientes a tu gusto, pero es importante que el té se siga apreciando y no lo opaque el destilado ni el resto de insumos. Las infusiones son muy ricas pero tienen un perfil muy sutil, y si se usa un licor muy potente se pierde el té; pero con una ginebra o vodka más neutro, se pueden apreciar ambos", adelanta.
Pensar en el tipo de perfil que quisiéramos para nuestro trago, que bien puede ser cítrico, amaderado, mineral, especiado u otros; es el punto de partida para hacernos de sabores ad hoc en la barra.
"Hay notas de los licores y destilados que se asemejan mucho a los tés, por ejemplo, la ginebra tiene muchos sabores cítricos, y empata súper rico con el earl grey, porque se trata de un té negro con bergamota (cítrico de forma similar a la pera).
"El whisky tiene un perfil ahumado, notas a vainilla y madera; y nosotros lo fusionamos en la coctelería con el lapsang souchoung, un té negro ahumado que cuenta con denominación de origen en China. Agregamos un bitter de chocolate porque normalmente las barricas dan sabores a caramelo y chocolate, y así damos paso a una variación de un old fashioned", describe el tapatío.
Dulzor, frutos secos, condimentos y otros sabores intensos suelen hacerse notar en los tragos cortos pero potentes de otoño e invierno, teniendo génesis con destilados brandy, tequilas añejos, whiskies y más, apunta el experto. Mientras que primavera y verano, suelen desfilar mezclas largas, ligeras, frescas y amargos para quitar el calor, y frutas tropicales y de temporada suelen hacer match con ron, ginebra, vodka y tequila blancos.
Además del destilado base, un coctel se construye con elementos dulces, ácidos y amargos que lo complementen, y es ahí cuando entra el ingenio para entretejer la Camellia Sinensis.
"El té puede sumarse en frío, es decir, con una maceración. Por ejemplo, dejamos reposar las hojas en el alcohol, desde cinco horas y hasta toda la noche, así obtenemos sabores más potentes y menor acidez. Por otro lado, también se puede sumar la infusión al trago pero una vez enfriada, para evitar el derretimiento de los hielos, y con mayor concentración de té para que se alcance a apreciar entre la mezcla", advierte.
Darle el toque final y atraer la atención hacia la barra es tarea de las garnituras, elementos que además pueden sumar aromas y sabores, como la piel de naranja que añade un toque de amargor al old fashion, o los pétalos de rosa de un trago sour, que disipan el aroma de las claras de huevo. ¡Así que dale cuerda a la imaginación!
