Recibir un diagnóstico de cáncer, una experiencia traumática | Cultura Saludable

Recibir un diagnóstico de cáncer, una experiencia traumática

medicina_salud
Foto(s): Cortesía
Redacción

Llegar a consulta médica con malestares para los que en apariencia no haría falta nada más que una medicina regular, y en cambio recibir un diagnóstico de cáncer, es una experiencia traumática.

Así la define la doctora Gabriela Hobbs, directora clínica del Servicio de Leucemia en el Hospital General de Massachusetts, quien como hematóloga y oncóloga lo ha atestiguado.

“Es muy traumante para un paciente ir a un médico pensando que tal vez le tienen que dar un antibiótico para una infección, y salir de eso con la noticia de que lo más probable es que tiene leucemia, que tiene que parar toda la vida entera y tiene que ser internado en el hospital", cuenta en entrevista remota la especialista mexicana.

Y esa estancia en el hospital no es por uno o dos días solamente, sino por semanas y en ocasiones hasta más, pues en el caso de un cáncer como la Leucemia Mieloide Aguda (LMA), del tipo de los que se desarrollan en la sangre, la situación puede ser muy grave y el tiempo apremia.

“Estamos hablando de una enfermedad extraordinariamente agresiva que requiere tratamiento inmediato, porque sin ello los pacientes tienen una expectativa de vida de semanas o meses”, advierte Hobbs, quien en esos primeros momentos siempre pide a las personas que, aunque no la conozcan bien aún, confíen en ella y le permitan llevarlas adelante.

“La primera semana en particular es extraordinariamente traumante", reitera la experta.

“Y lo más difícil es que cuando se acaba el primer mes de tratamiento no se ha acabado la lucha. Después se requiere de más tratamientos, y luego otra hospitalización muy similar a la primera para hacer el trasplante de médula ósea. El camino del diagnóstico a la cura no es en línea recta”.

Trastorno de estrés postraumático

Quizás por eso no sea una sorpresa que un porcentaje considerable de quienes son diagnosticados con este tipo de cáncer hematológico terminen padeciendo también síntomas de trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés), como intrusión -pensamientos invadidos por el evento traumático-, evasión o hipervigilancia y reactividad.

De ahí que la doctora enfatice algo que cualquier sobreviviente de cáncer ha podido constatar en su propio combate a la enfermedad: “El apoyo emocional de la familia para los pacientes es esencial, esencial”.

Y no necesariamente tiene que ser un gran número de familiares, sino incluso con una sola persona, en quien probablemente recaerá la cuestión de los cuidados. El mero acompañamiento, escuchando y atendiendo todo lo que el médico informa, va marcando una diferencia para ese paciente que de pronto siente que le hablan en un idioma extraño y desde un planeta desconocido. (Agencia Reforma)