Mantener la salud mental gracias a la resiliencia | Cultura Saludable

Mantener la salud mental gracias a la resiliencia

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Foto(s): Cortesía
Rolando Espinosa

Más que los factores externos, la salud mental de una persona engloba cómo gestiona todo lo que tiene que ver con ella misma, de su piel hacia adentro, incluyendo sus ideas o pensamientos.

“El logro de la salud en general tiene que ver conmigo, de mi piel hacia adentro”, lo que para la psicoterapeuta Shantal Herrera López implica la gestión de todo lo que se vive y afronta.

En ese camino los factores externos son condiciones que pueden ayudar o dificultar la salud, pero lograr mantenerla estable, insiste, tiene que ver con un compromiso propio.

Para lograr esa salud general pueden interponerse condicionantes como el estrato social, el cual se puede regular si hay una injerencia en la situación económica personal, pero hay otras que van más allá de las personas: la muerte de un familiar, las pérdidas sentimentales o amorosas, los desastres naturales o las dificultades económicas.

Mantener la salud

La diferencia es cómo afronta cada persona esas situaciones estresantes por factores externos y regularlos de tal manera que no afecten la salud en general:

“La salud mental y en general se mantiene gracias a la resilencia”, esa capacidad afrontativa de una situación difícil y que es diferente en cada persona, de acuerdo a su proceso evolutivo, su edad o el conocimiento de sí mismo.

Con plena conciencia de que la salud no llega por sí misma, si no que se gestiona, la maestra en desarrollo y psicoterapia infantil, Shantal Herrera, pide mirar la salud a través de una estrella de cinco puntos, donde los dos picos de apoyo son la parte física y espiritual, para después seguir con la afectividad y la sociabilidad y en seguida lo mental.

La psicóloga Pilar Ocampo Pizano, quien fundó el Centro Gestalt Oaxaca, plantea que el cuerpo es el vehículo de manifestación a través del cual cada persona es en el mundo.

En ese sentido la especialista Shantal Herrera se plantea que un cuerpo sano ayuda a que el estar en el mundo sea más fácil y tenga una mejor relación con todo lo que le rodea, lo que obliga a preguntarse qué tan consciente se está de los síntomas que expresa el cuerpo, cómo se cuida o no.

A sus 39 años Víctor únicamente ha asistido a sesiones psicológicas cuando fue obligado por una demanda de violencia familiar y aunque considera que la terapia le ayudó a cambiar su visión machista, no suele pedir ayuda en situaciones de dificultad emocional y descarta volver a acudir al psicólogo, casi como un chequeo médico de manera preventiva.

Para la psicóloga con perspectiva de género, Estefanía Sánchez César, la salud mental y la física requieren atención a la par, pero es en la etapa adulta donde se incrementa la responsabilidad de aprender a regular las emociones.

Las emociones

“La cultura califica emociones en positivas y negativas, una diferencia que se hace más marcada si eres hombre o mujer”, cuando en realidad son “reacciones de supervivencia muy naturales que cualquier ser humano tiene”.

Un ejemplo es el de un bebé que llora por igual si es hombre o mujer cuando tiene hambre, frío o su pañal está mojado, la diferencia es que con el paso de los años es a los niños a quienes se les permite enojarse, pero sin llorar y esa tristeza puede aprender a canalizarla en agresividad.

“La depresión o tristeza muchas veces puede ser producto del enojo, que lleva al cuerpo a estar muy cansado. Esas emociones tienen mucho que ver con eventos traumáticos que no han sido abordados o adecuadamente tratados”, además de que influye el temperamento, la personalidad que una persona tiene desde el nacimiento y su dificultad o facilidad para procesar un evento traumático, la cual está relacionada con los apegos y una red de apoyo, ya sean familiares o amistades.

“Lo mejor que podemos hacer es hacernos cargo en el momento que sintamos que algo está en desequilibrio, si me doy cuenta que por mucho tiempo he notado cambios que me causan molestias o incluso dolor físico, puedo empezar por contarle a alguien muy cercano a mí y buscar apoyo psicológico individual o grupal”, sugiere la especialista Estefanía Sánchez.

La psicoterapeuta Shantal Herrera afirma que todas las personas son resilientes y en la medida que cada se permiten conocer y gestionar las cinco zonas que influyen en su salud:  lo físico, lo espiritual, lo afectivo, lo socioespiritual y lo mental.

Que es la resiliencia

Es un proceso de adaptación ante la adversidad, un trauma, tragedia, amenaza o situaciones de tensión por problemas familiares, en las relaciones personales, de salud, laboral o financieras. Se entiende como "rebotar" de una experiencia difícil. (Nadia Altamirano)