Aunque los bebés que usan chupones tienen un menor riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante, la odontóloga Rosalba Gaytán Soriano asegura después de los dos años ni es recomendable que lo sigan usando pues pueden provocar daños en la dentadura.
Las niñas y niños que normalmente succionan chupón o mamila, están dándole una forma al paladar similar al chupón, además de que se provoca que los labios se acostumbren a ese movimiento.
Explica que a largo plazo, el uso de los chupones o chupetes influye en la forma de la boca y en la alineación de los dientes, debido a que, a medida que los bebés y los niños pequeños maduran físicamente, sus mandíbulas crecen alrededor de cualquier cosa que tengan en la boca de manera constante.
La especialista afirma que el uso excesivo de los chupones y la manía de chuparse el dedo afecta al desarrollo de la boca y de los dientes.
Con el tiempo, los dientes frontales superiores se inclinan hacia adelante y pueden torcerse, lo que puede resultar en problemas para morder, además de que puede haber cambios en el posicionamiento de las piezas dentales y en la alineación de la mandíbula.
La odontóloga expone que el uso de chupones puede ocasionar que los dientes salgan en una mala posición y que inclusive no encajen con los opuestos cuando la boca está cerrada.
