La fisioterapia durante el embarazo y el posparto es una gran alternativa para vivir esta importante etapa de la vida de la mujer con mayor plenitud.
“En el embarazo se han normalizado los dolores de espalda, o de cuerpo en general, lo cual no debería ocurrir; entonces, siempre optemos por vivir de la mejor forma esta importante faceta.
“La fisioterapia enfocada a este periodo normal de las mujeres otorga beneficios para la salud, e incluso se ha comprobado que el bebé se desarrolla mejor”, comenta en entrevista para Cultura Saludable, Diana Rodríguez Olivera, especialista en fisioterapia durante el embarazo y posparto.
Mediante posturas durante la sesión de fisioterapia, se prepara a las mujeres para el proceso de parto natural; o si fuera vía cesárea, para que tengan una mejor recuperación, explica, la especialista.
También permite que no se gane mucho peso y se mantenga la condición física: “A veces las embarazadas se cansan con la mínima actividad, y lo que se hace con estas sesiones de ejercicio en la fisioterapia es que estén más activas durante más tiempo en esta etapa”, abunda.
De igual modo, se trata de evitar los cambios posturales del cuerpo, añade la egresada de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) y actualmente terapeuta de Fisiolución.
Uno más de los aspectos que se trabaja es el fortalecimiento: “Muchas veces se piensa que una embarazada no puede cargar peso, lógicamente que, si se trata de cosas muy pesadas no es recomendable, pero sí pueden cargar cierto peso para fortalecer brazos y piernas”, explica.
Señala además que las sesiones de fisio permiten tener movilidad, sobre todo en la cadera, en la pelvis y en la zona lumbar, protagonistas al momento de la expulsión del bebé durante el proceso de parto y se evitan problemas futuros en estas zonas para las mujeres”, precisa Diana Rodríguez.
Cómo se trabaja
Las fisioterapias durante el embarazo y posparto consiste en sesiones de ejercicio que incluyen posturas y movimientos con pelotas y ligas; además, debido a que en la mayoría de los casos las mujeres padecen tensión y estrés en esta etapa, también hay etapas de relajación.
Por cierto, dichas actividades también se pueden trabajar a través de terapias acuáticas, comenta.
Lo recomendable, explica, es comenzar con estas sesiones fisioterapéuticas a partir de las 12 semanas de embarazo, pues los primeros tres meses son de formación del producto y se deben tener cuidados especiales.
“Después del tercer mes ya mes recomendable; además, es justo cuando la pancita comienza a crecer y se empiezan a manifestar las molestias físicas”, detalla Rodríguez Olivera.
La terapia física en el embarazo puede tomarse de dos a tres veces por semana, según los resultados de una valoración previa, y no podrá realizarse si el ginecólogo lo contraindica, por ejemplo, cuando el embarazo presenta cierto riesgo y se requiere reposo total.
Posparto
Para acudir a la fisioterapia posparto, las mujeres deben esperar ocho semanas después de haber dado a luz.
En esta etapa ya se trabaja el fortalecimiento de las zonas abdominal, glútea y pélvica.
“Recibir fisioterapia ayuda a que no queden posturas viciadas como cargar el peso del cuerpo sobre una sola pierna, las cuales pueden provocar complicaciones futuras en la salud, puntualizó Diana Rodríguez.
