El proceso de duelo no sólo se sufre cuando muere una persona, sino también se da por la muerte de una mascota, por el término de una relación o hasta por la perdida del empleo.
El psicoterapeuta Evaristo Gabriel Jiménez menciona que, incluso, perder cualquier objeto de apego provoca duelo, lo cual puede variar dependiendo de qué tan vinculado emocionalmente se estaba a ese objeto, así como la historia previa.
“Aunque el duelo se asocia inmediatamente con la muerte, las pérdidas pueden ser muy diversas, como las rupturas de pareja, cambios de domicilio, cambios de estatus profesional o procesos de enfermedad, entre otros”, expone.
Señala que es importante la atención psicológica para aceptar esta pérdida, principalmente cuando la persona se ha quedado atrapada en ese dolor y no puede seguir adelante.
Esto, a la larga, podría producir cuadros depresivos intensos, explica, y que quien lo padece trate de huir de sus emociones a través del alcoholismo o la drogadicción, o a través de la fantasía de reunirse con el ser querido, buscando la muerte de forma pasiva o activa.
Por ello, el especialista subraya que es importante buscar ayuda para exponer las emociones, pues retenerlas hace mucho daño a la larga, tanto a la salud física como a la salud mental.
