Si tienes un bebé que ya tiene tres meses y no sonríe contigo, o está por cumplir un año y aún no gatea o se sostiene de pie, entonces es necesario que lo lleves a una valoración de estimulación temprana.
Constancio Nuvay Miguel Ortiz, licenciado en Terapia Física, explica que la estimulación temprana engloba las etapas de desarrollo de un bebé, y tiene cuatro áreas básicas de tratamiento: cognitiva, motricidad, lenguaje y socioemocional.
La estimulación temprana se utiliza para evaluar al bebé, analizar si tiene un retraso cognitivo y en caso de detectarlo, poder corregirlo a través de ejercicios y técnicas.
Señala que la estimulación puede comenzar desde la gestación con sonidos y ondas armónicas, mientras que al nacer y durante las etapas del crecimiento se deben hacer evaluaciones de sus actividades, y en caso de tener signos de alarma, como los mencionados arriba se debe optar por la estimulación.
“Hay veces que el bebé no sostiene la cabeza, o al querer sentarse, no se mantiene así. Si no lo hace, se debe estimular. Algunos signos primitivos que se tienen al nacer se deben ir quitando con el crecimiento, pero si no ocurre, es necesaria la terapia de estimulación”, advierte.
En qué consiste
El terapeuta explica que durante 20 o 30 minutos -que es lo que dura la sesión- se estimula al bebé con esencias aromática de vainilla, canela y limón, entre otras, con el objetivo de eliminar la deglución (en caso de que la tenga), es decir, cuando el bebé mueve la boca como si estuviera succionando.
También se utilizan lámparas para la apertura de pupilas, el movimiento de la cabeza y otras actividades, dependiendo del diagnóstico.
También se hacen estiramientos musculares y se pueden complementar con mecanoterapia y electroestimulación, entre otras terapias, para mejorar la calidad de vida de los bebés.
La terapia de estimulación se puede dar hasta los 3 o 4 años, que es cuando el bebé continúa explorando su entorno.
Constancio Nuvay subraya que es importante que los bebés duerman sueltos y no en hamacas, además de que no utilicen andaderas o que los padres no les permitan estimularse, pues esto podría afectar su crecimiento.
“Deben permitir que se quiten la ropa, que se paren o que se vayan de lado, porque es parte de su autoestimulación; si no los dejan, podrían tener problemas futuros”, advierte.
Detalla que para que el bebé logre caminar, debe pasar por varias etapas como arrastrarse, gatear, caminar como oso, hacer la posición del caballero y agarrarse de las cosas para ponerse en forma lateral. Estas acciones deben darse de forma natural.
El terapeuta físico menciona que estimular a los bebés es importante, pues es una actividad que previene complicaciones como el pie plano, el retraso psicomotor, la hiperactividad o el déficit de atención.
Áreas de la estimulación temprana:
- Cognitiva
- Motriz
- Lenguaje
- Socioemocional
Algunas consecuencias de la no estimulación
- Pie plano
- Retraso psicomotor
- Hiperactividad
- Déficit de atención
