Desechar todo recipiente que no se ocupe y que pueda almacenar agua, así como lavar y taparlos correctamente es muy importante para evitar que se conviertan en criaderos de mosquitos.
También es esencial voltear cubetas y botellas; mantener puertas y ventanas cerradas o con mosquiteros; utilizar pabellones para dormir; usar manga larga, pantalón y repelente natural.
Debes cambiar el agua de los floreros cada tercer día, evitar que las macetas retengan el vital líquido, así como barrer azoteas y desyerbar constantemente jardines o terrenos baldíos que se ubiquen cerca de los domicilios o lugares de trabajo.
La picadura de un mosquito infectado con zika, provoca síntomas que aparecen generalmente después de un periodo de incubación de tres a 12 días y pueden ser dolor de cabeza intenso, fiebre mayor a 39 grados, dolores articulares y musculares, erupciones en la piel, náuseas y conjuntivitis.
En el caso de las embarazadas o en probable gestación, se debe evitar la automedicación y acudir de inmediato a la unidad de salud más cercana para recibir la atención necesaria, puesto que el virus podría ocasionar que la o el recién nacido nazca con algún defecto congénito como la microcefalia.
Por lo tanto, la prevención depende de las personas en realizar acciones básicas y sencillas para evitar la picadura y propagación del mosquito que transmite el zika.
Son importantísimas la atención médica, la promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento oportuno y adecuado de esta infección en mujeres embarazadas, además de la vigilancia estricta del crecimiento del feto hasta su nacimiento en caso de salir positivas a la patología.