El asma es una enfermedad crónica que provoca que las vías respiratorias de los pulmones se hinchen y se estrechen, lo que ocasiona dificultad para respirar como sibilancias, falta de aliento, opresión en el pecho y tos, que son más frecuentes por las noches, principalmente en la población infantil.
Por ello es importante crear conciencia acerca de esta afección, así como, acudir al centro de salud más cercano para recibir un diagnóstico y tratamiento oportuno.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Foro Internacional de Sociedades Respiratorias, estiman que hay entre 235 a 300 millones de pacientes asmáticos en el mundo; además, se estima que más de 460 mil personas han fallecido. En tanto, en México se registran anualmente un promedio de 127 mil casos, y los grupos más afectados son los de 25 a 44 años.
Es importante que quienes la padecen eviten la exposición al polvo, smog, humo de fábricas, el cigarro, los cambios bruscos del clima, el pelo de las mascotas, moho y polen de las flores, con la finalidad de que las niñas y niños o personas adultas no tengan crisis asmáticas, así como deben evitar el contacto con personas con alguna enfermedad respiratoria.
Y es que, si un paciente con la sintomatología no tiene un control adecuado y se mantiene en descontrol, es muy probable que incremente la discapacidad respiratoria, y va a generar una alta carga de la enfermedad, además tendrá un mayor número de crisis asmáticas en el año, así como complicaciones más graves como dificultad respiratoria.
En los Centros de Salud se realiza el primer diagnóstico clínico, para estimar el grado de obstrucción o restricción que presenta una persona, pero en casos graves tendrán que ser referidos a un Segundo Nivel de Atención.
