En octubre de 2019, México aprobó una ley para establecer que las bebidas no alcohólicas y alimentos envasados que exceden cierto umbral de calorías, azúcares, grasas, grasas trans o sodio debían tener una etiqueta de advertencia.
Al menos el 30 por ciento de los productos están libres de estos sellos octagonales, lo que quiere decir que dentro de cada grupo de alimentos pueden encontrarse versiones más saludables que otras, señala Agencia Reforma en un artículo..
De acuerdo con la asociación civil, este etiquetado ha hecho que la industria alimentaria reformule sus productos reduciendo cantidades de azúcares y sodio.
“La reformulación es uno de los hitos más relevantes desde la implementación del etiquetado de advertencia, al considerar que las y los mexicanos somos los mayores consumidores en América Latina de productos ultraprocesados, con 214 kilos per cápita al año, y ocupamos el cuarto lugar a nivel mundial. Además, el 30 por ciento de las calorías que consume la población mexicana provienen principalmente de productos ultraprocesados y bebidas endulzadas”, publicó en diciembre de 2021, el Poder del Consumidor.
Por otro lado, diversos investigadores del Instituto Nacional de la Salud Pública realizaron un estudio con el objetivo de estimar la reducción en la prevalencia de obesidad y los costos derivados de ella en México.
"México está siguiendo a Chile, Perú y Uruguay en la implementación de etiquetas de advertencia en los alimentos procesados, pero otros países podrían beneficiarse de esta intervención”, concluye el documento “Predicting obesity reduction after implementing warning labels in Mexico: A modeling study”.
Aunque advierten que las proyecciones deben confirmarse en estudios posteriores, su estimación es que a cinco años de la implementación del etiquetado frontal, la prevalencia de obesidad podría reducirse en un 14.7 por ciento, lo que se traduce en 1.30 millones de casos. Los efectos mayores se esperan entre hombres, adultos jóvenes y nivel socioeconómico medio y alto.
Otra de sus estimaciones es que tras un lustro, las etiquetas de advertencia podrían ahorrar aproximadamente mil 800 millones de dólares en costos provocados por la obesidad.
Repasémoslas
Exceso de calorías. Los productos que llevan el sello sobrepasan las 275 calorías por cada 100 gramos.
Exceso de azúcares. Aparece cuando los azúcares son añadidos durante su procesamiento y más del 10 por ciento de las calorías totales proviene de ellos.
Exceso de grasas saturadas. Cuando al producto se le añaden grasas durante su elaboración y más del 10 por ciento de las calorías totales proviene de estas grasas saturadas.
Exceso de grasas trans. Los que contienen más del 1 por ciento de las calorías totales provenientes de grasas trans.
Exceso de sodio. Se marca cuando el producto excede los 350 miligramos de sodio por cada 100 gramos.
Fuente: etiquetadosclaros.org
(Agencia Reforma)
