En medio de una pandemia que no cede, y que por el contrario se revienta para infortunio de la humanidad, una de las principales armas para mitigar los estragos de la COVID es la vacuna.
Sin embargo, para que ésta otorgue los mejores resultados es necesario seguir al pie de la letra las recomendaciones de las instituciones de Salud posteriores a la aplicación de cualquiera de las dosis disponibles.
No ingerir alcohol por un periodo determinado es la principal restricción que tienen quienes son vacunados y hay una razón muy poderosa para no hacerlo. Veamos.
El etanol y otros ingredientes de las bebidas alcohólicas reducen la actividad celular de los linfocitos, que son los encargados de producir los anticuerpos necesarios que son promovidos por la vacuna.
Entonces la recomendación es esperar 21 días antes de consumir alcohol, aunque hay fuentes que recomiendan esperar 72 horas antes de la aplicación, además se debe procurar no ingerirlo tres días antes de recibir el biológico.
“Estudios han mostrado que si una persona ingiere una cantidad por arriba de 100 mililitros de alcohol, bueno, su equivalente, puede tener una modificación en la respuesta inmune de la vacuna”, afirmó el investigador Héctor Raúl Pérez Gómez en un articulo de la Agencia Reforma.
Por otro lado, el consumo de alcohol posterior a la vacuna podría aumentar la intensidad de los efectos secundarios como el dolor de cuerpo, el dolor de cabeza, los mareos y el malestar general.
Finalmente, es necesario recordar que alcoholismo y el tabaquismo son dos de las comorbilidades que presentan las víctimas del virus SARS-CoV-2.
