Si te gustan los caballos y necesitas terapia de rehabilitación, la equinoterapia es la opción que se adapta a esta necesidad, además de que es considerada una terapia sin dolor.
Carolina Gómez Balderas, licenciada en Terapia Física y presidenta de la Fundación Oaxaqueña de Equinoterapia, optó por impulsar esta disciplina al ver por años a pacientes que sufrían al recibir rehabilitación física común, por lo que buscó una alternativa y la encontró en los caballos, que siempre han sido su pasión.
“Equinoterapia” significa “curar a través del caballo” y tiene principios, indicaciones y diversas áreas, explica.
Una de las características de los caballos es que su temperatura normal es de 38 grados centígrados, por lo que pueden sustituir otros tipos de terapias como la física, la hidroterapia, compresas o las lámparas infrarrojas.
Otra característica importante es el andar del caballo que en ritmo es muy similar al caminar del ser humano. Al montar un minuto al animal en movimiento, el paciente recibe de 100 a 120 impulsos.
La terapeuta explica que en esta disciplina no se utiliza silla de montar, sino una manta y una grapa para asirse, con la finalidad de que el paciente (principalmente niñas y niños), perciba los movimientos en la pelvis.
“Ese movimiento (que experimenta el paciente) sube al sistema nervioso central a través del estímulo y genera respuesta; la pelvis va en movimiento al igual que el caballo y el niño hace contracciones, aprieta glúteos y cuádriceps, por lo que lo más importante es la postura”, explica.
Ese estímulo llega al cerebro y el niño responde a ese estímulo, que es cuando se comienza a brindar la terapia, de acuerdo a las necesidades del paciente; por ejemplo, si no tiene control de cuello o del tronco, si tiene problemas de lenguaje, si es hiperactivo, si tiene depresión, o si no obedece órdenes o se distrae.
En el caso de niñas y niños con Síndrome Down o con problemas intelectuales, es más complicado; pero cuando montan un caballo de terapia, producen más endorfinas y comienzan a atender de mejor manera las órdenes de sus profesores y terapistas de lenguaje lo que facilita la realización de ciertas actividades.
“Les pedimos a los niños que repitan la actividad y la reafirmen, y lo que el maestro en la escuela no puede, aquí hacemos que lo asimile”, señala.
Tipos de montas
La terapista explica que hay tres tipos de montas: la terapéutica, la hipoterapia y la monta deportiva.
La equinoterapia (a la que nos hemos referido en el texto) es la más solicitada.
En la hipoterapia, el terapista monta al caballo junto con el paciente cuando éste no es capaz de atender instrucciones, por lo que van realizando juntos las actividades.
En tanto que en la monta deportiva, el niño ya ha aprendido a montar y a controlar al animal por sí mismo.
Las personas que tienen clavos o barras en su columna vertebral, tienen alergia al pelo del caballo o tienen epilepsia y convulsiones constantes no son aptas para este tipo de terapias.
Explica que los caballos que utilizan para equinoterapia son los de Cuarto de Milla, una de las razas más utilizada en México, principalmente en la charrería.
Señala que a estos animales, desde pequeños, se les debe acostumbrar a brindar terapias. Un caballo de varios años, que ya fue utilizado en carreras o en charrería no debe ser utilizado para terapias, pues al estar acostumbrado a movimientos rápidos y bruscos podría reaccionar así durante una sesión rehabilitación y poner en peligro al paciente.
Las sesiones duran 30 minutos y no hay límite de sesiones; los propios pacientes y sus familias deciden hasta cuándo continuar con su tratamiento, y aunque se piense que son caros, la cuota oscila entre los 300 y 350 pesos, precio similar al de una terapia física.
Esta alternativa de terapia se está volviendo cada vez más solicitada en Oaxaca, pues la terapista comparte que al mes brindan más de 500 sesiones.
