¿Eres de las personas que a la comida le quita el tomate, la cebolla o alguna otra verdura? Ya no lo hagas. Aquí te decimos por qué.
Los nutriólogos coinciden en que, aunque las verduras son muy bajas en calorías, aportan una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra. Además, generan un efecto antioxidante en el cuerpo.
En el caso del aporte energético, es decir, las calorías, es poco en estos alimentos, debido a que en su mayoría están compuestos de agua y fibra, elementos no digeribles, pero esenciales para el proceso digestivo.
Además, las verduras ayudan a la absorción más lentamente el colesterol y la glucosa.
La cocción de los vegetales también facilita su digestión y le confiere mejores características organolépticas (color, sabor, textura y aroma), pero también se produce una pérdida importante de vitaminas hidrosolubles que pasan al líquido de cocción (caldo), en especial la B1 y la C.
Algunas de las razones por las cuales las verduras pierden vitaminas y minerales son por oxidación, altas temperaturas, demasiado tiempo de cocción o disolución en el líquido de cocción.
Por ello, te recomiendan prepararlas al vapor y horneadas, y si tienen cáscara, mucho mejor.
Córtalas en trozos grandes para reducir la pérdida de vitaminas y aprovechar el agua de la cocción.
(Ana Lilia Pacheco)
