Los frutos que nos ofrece la tierra contienen infinidad de nutrientes y proteínas capaces de frenar enfermedades, hasta procesos cancerosos, como el brócoli y el cúrcuma.
Otros son excelente antiinflamatorios, o gracias a sus antioxidantes, retrasan procesos de envejecimiento; reducen el colesterol, o bien, favorecen el buen funcionamiento de los intestinos.
Por eso es muy recomendable, por parte de expertos en nutrición, que los agreguemos a nuestra alimentación diaria para favorecer la salud de nuestro cuerpo.
Pero vemos a detalle algunas de las opciones que la Madre Tierra nos regala:
Algas marinas: Son buena fuente de Omega 3, incluso más que el salmón. Deshidratadas y esparcidas como toppings de recetas o como chips para botanear, son buenas formas de introducirlas a la dieta.
Capulín: Tiene más antioxidantes que los frutos rojos, y también ayuda a desinflamar el cuerpo. Los frutos rojos en general, son buena fuente de antioxidantes y contrarrestan los radicales libres que dañan las membranas de las células y dan pie al envejecimiento celular.
Alcachofa: Reduce los niveles de colesterol en sangre, controla el apetito y es diurética. La especialista hace hincapié en que debe ser consumida como alimento, no en suplementos ni inyecciones.
Fermentos: Hay que consumirlos una vez a la semana y variar entre kimchi, kéfir, kombucha, etc., para contar con un abanico más amplio de bacterias benéficas para el intestino.
Berros: Mejoran la vista y piel, debido al alto contenido de vitamina A. Favorece la pérdida de peso porque tiene pocas calorías y es rico en fibra.
Betabel: Favorece la salud sanguínea debido a sus altos índices de hierro, aunque también provee fibra y nutrientes.
Berenjena: Es rica en antioxidantes, contiene vitamina C, hierro y fitoquímicos, compuestos que benefician la salud cardiovascular.
No olvides también el ajo, el jengibre, la naranja, la col morada, los pimientos y las verdolagas.
Una buena dieta debe ser:
- Completa: cubre los requerimientos de calorías y macro nutrientes.
- Equilibrada: evita los excesos.
- Variada: incluye y rota el consumo de frutas, verduras, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal.
- Adecuada: no solo se enfoca en la parte fisiológica sino que también que sea acorde a tus creencias y estilo de vida.
- Inocua: que los alimentos que lleves a la boca no tengan un efecto negativo en tu sistema.
Y por el bien de tu salud, mejor diles adiós (o al menos reduce su consumo) a los azúcares simples, las grasas saturadas, las carnes procesadas, los edulcorantes artificiales, el estrés y el alcohol.