Si te apasiona el yoga, pero también las alturas, columpiarte, la mejor opción para ti es el yoga aéreo, que combina el arte de la meditación y la sensación de libertad en el aire.
Esta disciplina es una de las muchas en las que se divide la práctica milenaria del yoga y requiere cierta capacidad física para realizarlo y por supuesto tener cierta experiencia en el yoga tradicional.
¿Cómo funciona?
El yoga aéreo consiste en colgarte de una tela suave y resistente amarrada a dos puntos fijos que soporta el peso entero de tu cuerpo. Una vez colgada sobre esa tela, realizas poses parecidas a las del yoga tradicional.
Uno de los principales beneficios de esta relativamente nueva disciplina es que ejercitas todos los músculos de tu cuerpo pero hay mucho más. Veamos.
- Tonifica tu cuerpo. Al brindarte mayor flexibilidad tonifica tu cuerpo. Las posturas estiran y fortalecen músculos que no habíamos ejercitado antes.
- Mejora tu salud mental. Nos mantiene alertas de nuestros movimientos. Aumenta la memoria, incrementa la creatividad, y mejora nuestro el de ánimo. Las posturas invertidas logran que la sangre circule a la cabeza, oxigenando al cerebro.
- Corrige tu postura. Las posiciones invertidas hacen que nuestra columna vertebral se relaja y libere tensión. Nuestras vértebras se alinean y nuestra circulación fluye mejor. Este ejercicio es ideal si sufrimos de dolores de espalda.
- Aleja los miedos y fobias. Si tenías problemas de vértigo o miedo a las alturas, ten por seguro que con el yoga aéreo los superarás.
- Otro de los beneficios es que al estar suspendido nuestro cuerpo no resiente ningún tipo de impacto sobre todo en rodillas y tobillos, lo que reduce la posibilidad de lesiones.
Por eso el yoga aéreo se está convirtiendo en una disciplina ampliamente recomendada porque conjuga los beneficios del yoga con la fortaleza del ejercicio aéreo.
