Iniciar el aprendizaje de la natación en edad escolar, hasta antes de los 16 años, es de suma importancia, porque es en esa etapa en la que ocurre el mayor proceso de aprendizaje y desarrollo del ser humano.
Se busca que en el medio acuático el alumno encuentre bienestar y placer, para permitir el surgimiento espontáneo de sus propias potencialidades, bajo la premisa del respeto por su crecimiento y emoción, sin invadir, modificar o violentar su propio proceso de desarrollo.
Sara Villagómez Chávez, señala que el espacio y el método de enseñanza deben estar diseñados para que el alumno transite cómoda y placenteramente, desde aquel que le tiene miedo al agua, hasta el que logra dominar los cuatro estilos de natación.
Todo niño en edad escolar debería aprender a nadar, no solo porque es un seguro de vida, sino porque además adquiere múltiples habilidades y enriquece de forma positiva áreas como la intelectual, social, afectiva y física.
Especialistas en el tema sugieren llevar a cabo actividades acuáticas con niños de nuestra sociedad, sobre todo en un tiempo como el que estamos viviendo de post pandemia, ya que el confinamiento trajo consigo situaciones de poco movimiento en la población en general y en el caso de los niños, quienes están en etapas clave de su desarrollo y crecimiento, esto podría generar problemas motores por la falta de actividad y como consciencia posibles dificultades en el proceso de aprendizaje.
El agua es un medio excelente que reta al cuerpo a desarrollar posturas y movimientos, que enriquecen las conexiones neuronales del cerebro humano. pero los médicos del deporte hacen una evaluación previa y conocen a fondo el estado de salud: “Es llevarlo a una actividad que pueda sostener a los 70 u 80 años sin ningún problema. También, gracias a la revisión previa, podemos llegar a detectar alguna alguna enfermedad o algún problema”, dice Alanís.
Para quienes comienzan a activarse físicamente al salir a correr, el experto recomienda que sea progresivo, por ejemplo, que primero camine y empiece a trotar por intervalos de 10 minutos. Los entrenamientos que recomienden en la asesoría deben contemplar ejercicios de fuerza, aeróbicos, resistencia y flexibilidad.
“Que nos sintamos cómodos con la rutina, el ejercicio debe de disfrutarse. No debe uno salir del gimnasio como si lo subieron apaleado”, señala.
