Cuando una persona fuma convierten en fumadores pasivos o involuntarios a sus hijos, cónyuge y amigos, principalmente, al dañar su capacidad cardiorespiratoria a través de los alveolos, tejidos pulmonares que se encargan del intercambio de bióxido de carbono por oxígeno en la sangre.
Cuando se fuma en un ambiente cerrado las sustancias del humo ambiental de tabaco quedan en suspensión y permanecen impregnados por muchas horas e incluso días o semanas en muebles, alfombras, la ropa y el cabello.
El tabaquismo pasivo se ha convertido en una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre ellas la cardiopatía coronaria, el cáncer de pulmón y el síndrome de muerte súbita en el lactante. Los efectos inmediatos incluyen irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones. También dolor de cabeza, náuseas y mareos. Adicción que afecta gravemente a las mujeres.
Estas enfermedades aparecen de manera paulatina y muchas personas que las sufren ven limitadas sus actividades y se van adaptando a convivir con falta de aire, esto puede combatirse en los adictos dejando de fumar y recibiendo tratamiento médico adecuado y en los que no lo hacen, la disminución a la exposición de estas sustancias tóxicas.
Por eso las autoridades son tan insistentes con la población para que deje de fumar y así recuperar la salud respiratoria, como igual de importante es que acudan con su especialista en medicina familiar para tratar esos síntomas en cuanto se presentan, puesto que puede evitar que empeoren y causen EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).
