¿Compartes por redes sociales fotos y videos de tus hijos en su hogar, su escuela o en el parque? ¿Escribes sobre sus actividades favoritas? ¿Estas imágenes los involucran a veces en situaciones graciosas, pero vergonzosas?
Cuidado, podrías estar traspasando los límites que marcan la diferencia entre sólo compartir fotos o videos de tus hijos, con exhibirlos.
A largo plazo, la exhibición sin medida en redes sociales, o sharenting, causa baja autoestima y pone en peligro la integridad física de los menores de edad, indican especialistas.
Ana Beatriz Vega, psicóloga y catedrática de la UDEM, indica que los niños y adolescentes son personas con derechos y deben ser respetados y protegidos, aunque muchas veces se pasan por alto sus decisiones y opiniones.
“La parte esencial es el cuidado”, dice.
“No se deben subir fotos que muestren los lugares en donde están o que puedan faltar al respeto al niño o niña, como en las que aparecen semidesnudos o en situaciones humillantes que representen una forma de bullying”.
Conéctate en la realidad
La psicóloga Vega advierte que exponer a los hijos en redes origina problemas de autoestima, al vincular los likes de estas plataformas con el ser reconocidos y aceptados por un grupo social.
"Hay que tener cuidado sobre cómo generamos necesidades de reconocimiento en los niños.
"Tenemos la necesidad de enseñarles el uso de las redes de una forma segura para que se protejan, porque llegarán a la adolescencia, donde se incrementa aún más el uso y la exposición en las redes”.
Las repercusiones en la salud mental y emocional del niño dependerán de la dosificación del tiempo en el internet, la calidad de las relaciones entre hijos y padres de familia y la percepción que se tenga sobre las redes sociales.
"Debo conectar con mi hijo desde lo real, debo verlo a los ojos, decirle en persona que lo quiero, lo acepto y que estoy feliz por su logro”, expresa Vega.
“No se trata de dar un mensaje sólo en lo virtual, de subir fotos de mis hijos en redes y comunicarme ahí por él”.
La también profesora de la Escuela de Psicología de la UDEM explica que papás y mamás tienen la responsabilidad de generar espacios emocionalmente seguros en la realidad, y no desde la virtualidad. (Agencia Reforma)
