Si estás embarazada, pero quieres hacer ejercicio, la licenciada en Entrenamiento Deportivo, Lourdes García, nos explica las consideraciones que debes tener en cuenta.
Si eres una persona que normalmente hacía ejercicio antes de estar embarazada, puedes seguir tu entrenamiento normal hasta un mes antes del nacimiento, explica la especialista, pues incluso la actividad física reduce los dolores de espalda, el estreñimiento, la distensión estomacal y la hinchazón propios de esta etapa de la vida.
Agrega que entre otros beneficios de ejercitarte durante el embarazo están el mejorar tu estado de ánimo y tu nivel de energía, así como dormir mejor y prevenir el aumento excesivo de peso.
Sin embargo, si padeces presión arterial alta -que se presenta por primera vez durante el embarazo-, problemas cervicales o problemas de placenta, lo mejor es que suspendas esta actividad física, pues de mantenerla, pondría en riesgo tu vida y la de tu bebé.
En cambio, si eras una persona que no se ejercitaba y ahora quiere hacerlo, lo recomendable es empezar con ejercicios que no requieran tanto esfuerzo.
Lourdes comenta que aunque es importante la actividad física, también lo es el embarazo y tu salud, por lo que debes preguntar previamente a tu ginecóloga sobre la posibilidad de hacer ejercicio para tener un embarazo sano y tranquilo.
