Los adultos mayores no están libres de padecer la depresión. Sin embargo, este padecimiento puede ser desestimado por terceros atribuyendo los síntomas como parte “de la edad”, asegura Víctor Oswaldo Orozco Estrada, académico del Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
“Existe esta cuestión de la indiferencia (por parte de la familia) que puede presentarse ante sus necesidades (de los adultos mayores).
“Hay manifestaciones verbales como 'no le hagas caso, ya está viejito', 'ya sabes como es', 'así es de terco' y toda una serie de ideas que se han convertido en parte del pensamiento colectivo que en cierta forma no favorecen la inclusión de las personas adultas mayores a la funcionalidad de la vida diaria", dice el especialista.
Alerta que este tipo de omisiones y comentarios por parte del círculo cercano puede potenciar la ideación suicida e incluso contribuir a que este se lleve a cabo.
Modificaciones en el estado de ánimo, mayormente aletargados; manifestaciones de sentimiento de culpa, soledad, el sentirse una carga; y sensación de desesperanza, son solo algunos indicadores de que las personas adultas mayores podrían tener depresión.
El académico aconsejó que, por ejemplo, es viable empezar a planear actividades en las que puedan ser incluidas las personas adultas mayores, respetar su autonomía para tomar decisiones y ser empáticos con lo que enfrentan en esta etapa de su vida. (Agencia Reforma)
