Ante el arribo de cifras récord de sargazo al Caribe mexicano, una solución comienza a ganar notoriedad: convertirlo en jabón de tocador.
Conocida por cubrir las playas, esta macroalga contiene alginatos: sales que ayudan a hidratar la piel, explica Erick Parker, fundador de Movimiento Biomaya.
Su yodo, agrega, contribuye a eliminar gérmenes dañinos para la salud y deja una sensación de limpieza. Por ello, el emprendedor colabora con amas de casa de comunidades rurales en la Península de Yucatán para elaborar jabones artesanales de sargazo combinado con semilla de algodón.
Sólo lo recolectan del mar porque una vez que toca tierra comienza a descomponerse y a generar ácido sulfhídrico, que puede ocasionar irritación en la piel.
“No se puede utilizar el sargazo que ya está podrido o que está fuera del mar. El sargazo que se debe usar es el que todavía está flotando (porque) con un tratamiento se le pueden quitar los contaminantes”, enfatiza Parker.
Debe lavarse a profundidad, pues puede contener metales pesados liberados por embarcaciones. Además, realizan una resonancia magnética para verificar su pulcritud.
La cantidad de sargazo en el Golfo de México y mar Caribe impuso récords históricos en meses recientes: en abril alcanzó las 14 millones de toneladas y en mayo llegó a 18.8 millones, según cifras de la Universidad del Sur de Florida.
En Quintana Roo, el Municipio de Solidaridad comenzó a impartir talleres de creación de jabones artesanales con esta macroalga.
A decir de Parker, aún existen varias alternativas para sacar provecho al sargazo. Su sabor, asegura, es similar al de los ejotes, así que ve viable poder usarlo como alimento.
“El sargazo es oro que no hemos querido ver. Lo hemos tratado como problema y no como oportunidad”, asevera.
Otros usos del sargazo
Materiales de construcción y compuestos para hacer papel o zapatos son otros aprovechamientos que emprendedores mexicanos han hecho del sargazo. (Agencia Reforma)
