Aunque la idea de cepillarte el cabello antes de dormir es muy común, lo recomendable es que se haga antes del lavado.
Cepillarte el cabello hará que el champú y el acondicionador hagan mejor su trabajo. Además, el proceso de desenredado ayuda a ampliar el alcance de los productos de cuidado que pones luego de lavarlo.
Si aclaras tu cabello con agua fría, le darás mayor vitalidad. Y no sólo incrementa su brillo, sino que mejora la circulación sanguínea y potencia el alcance de los nutrientes.
El exceso de sebo es uno de los grandes problemas de la salud capilar. Muchos estudios científicos lo señalan como el responsable de la alopecia androgénica. A veces, esta sobreproducción está vinculada a las rutinas de limpieza. Frotar el cabello con demasiada intensidad en cada lavado puede estimular las glándulas sebáceas.
Para evitarlo, es preferible repartir el champú generosamente por el cuero cabelludo y reducir la intensidad del masaje capilar.
No siempre es necesario cambiar el tipo de champú. Al menos no de forma tan recurrente. Si hallaste uno que se adapte bien a tus necesidades, sigue usándolo. Estudios científicos señalan que el cabello desarrolla inmunidad ante los beneficios de un mismo champú.
Hidratación
No olvides nutrir e hidratar tu cabello. Está expuesto a una gran cantidad de agentes dañinos como la contaminación, que provocan opacidad, debilitación de los folículos o incluso alopecia.
Muchas personas se duchan por la noche y acostumbran dormir con el cabello húmedo; esto generar daños capilares.
Recuerda que las temperaturas muy elevadas pueden incrementar la producción de sebo o, incluso, producir quemaduras superficiales.
